Jesús Castro, el ‘niño’: «Soy cabezota y tengo un pronto muy fuerte»

.

Jesús Castro es el chico del año. Acaba de saltar a la fama protagonizando la taquillera El Niño y ya se lo rifan las marcas de moda. No es muy alto pero su rostro anguloso y su mirada felina cautivan, él lo sabe y se deja querer. De pequeño ya era el guapo de la clase. Llega puntual a la presentación del nuevo modelo de reloj de Pepe Jeans en la tienda madrileña de Fuencarral. Comparte miradas con María León y después responde a todo (sabe diblar cuando le interesa) con su acento gaditano y un puntito de suficiencia callejera. De esa que lucen los chicos malos de barrio. La misma que vuelve locas a las chicas.

.

Mucho. No me gusta que me hagan esperar ni hacer esperar.

Normalmente no porque ya lo saben. Si hemos quedado a las cinco, la cita es a las cinco. Espero seis o siete minutos y me voy. Sea quién sea. Solo si es curro doblo el brazo.

Bueno, dejar Cádiz supone decir adiós a la costa, al pescadito frito, al olor a campo cuando llueve…

¡Claro! A muchas cosas nuevas. Yo me adapto bien a los cambios bruscos y ahora aprovecho el momento que vivo.

Le quito importancia porque ser el chico de moda implica que en algún momento dejarás de estar de moda así que no vivo pensando que esto durará para siempre. Mientras sea así, lo disfrutaré.

En algunos momentos sí que agobia pero sé donde me he metido. Que me paren por la calle es un placer porque así es como la gente te demuestra su apoyo.

No porque no los he levantado nunca. Si se lo preguntas a alguien que los haya levantado te respondería otra cosa. Yo no.

Sigo haciendo mi vida de siempre. Mi familia está muy contenta y orgullosa con todo lo que me está pasando, me dicen que siga siendo yo mismo, que trabaje y que esté tranquilo.

No, no me impactó.

No, pero depende del momento. Soy coqueto, aunque en quince minutos estoy duchado y arreglado. Me gusta verme guapete. Mi día a día está ligado al deporte, soy de chándal y cosas así. Corro, hago piscina, voy al gimnasio, juego al tenis, al baloncesto… Le doy a todos los palos, vaya.

Ahora currar, y si queda tiempo, curro.

Sí, ya he conocido a Álex González y a Hiba Abouk y son encantadores. Empiezo a grabar enseguida.

No, miedo no tengo ninguno, ahora bien, responsabilidad, sí.

Siempre digo que ahora voy a por la pantalla pequeña y después de El Príncipe ya veremos qué pasa. Las casas se empiezan por el suelo. No me importaría nada.

Yes (risas)

No, rodar El Niño ya fue todo un master de interpretación! Si veo que lo necesito en el futuro, lo haré. De momento, mientras tenga trabajo, todo va bien.

Tanto como desfilando no te puedo decir, ¡quién sabe!. Ahora me estoy metiendo en este mundo y la verdad es que sí que me veo en él.

No es verdad. De churrero no he trabajado en mi vida. Es verdad que mi padre tiene una churrería, pero si me preguntas cuántos churros he hecho en mi vida te digo que ninguno. Le he ayudado a servir mesas pero a nada más. Yo curraba de electricista, lo digo para que quede claro.

(Risas) Sí, hombre… ¡Pero me también me han dado calabazas!

Soy cabezota y tengo un pronto muy fuerte cuando cruzo el punto. Intento no sacarlo nunca.

.